El síndrome miofascial consiste en una contractura muscular cronificada. Resulta muy importante la localización exacta del grupo muscular implicado en el origen del dolor; esto se logra con una anamnesis y exploración exhaustiva siendo las pruebas complementarias poco útiles.
Los 3 grupos musculares implicados en la producción de lumbalgia son:
- PIRAMIDAL (Síndrome piramidal): es una causa relativamente frecuente de dolor referido a la zona lumbar baja, glúteos, cadera o parte posterior del muslo. En ocasiones, puede irradiarse hacia la cara posterior del muslo y trocanter; debido a su relación anatómica con el nervio ciático pudiendo dar lugar a un cuadro de pseudociatalgia. El dolor se agrava al caminar, y al flexionar o elevar la cadera. En la exploración física puede haber atrofia glútea y debilidad a la palpación, dolor en el estiramiento del músculo, y en ocasiones un Lasegue positivo. Es un músculo profundo accesible por medio de ecografía.
- CUADRADO LUMBAR: La contractura de este grupo muscular es la causa más frecuente de lumbalgia de origen miofascial. Contribuye a los movimientos de extensión y giro lateral de la columna. En la exploración, se pueden localizar los puntos trigger colocando al paciente en posición fetal con el lado afecto hacia arriba y manipulando el punto inmediatamente inferior a la doceava costilla o superior a la pala ilíaca. El síndrome del cuadrado lumbar suele producir dolor con los giros de la columna, por ejemplo, el paciente lo describe como un dolor que aparece al girarse en la cama. Es muy frecuente en pacientes con escoliosis dorso-lumbar.
- PSOAS MAYOR: La contractura del psoas origina dolor lumbar irradiado a la ingle con la flexión de la pierna. Tiende al acortamiento por lo que debe ser estirado regularmente. Todo esto, conlleva una presión aumentada en articulación sacroilíaca, charnela lumbosacra y articulaciones interapofisarias posteriores ipsilaterales, que podría conducir a cambios degenerativos. Cuando el cuello del fémur se fractura, el psoas mayor actúa como rotador lateral del fémur produciendo una posición característica de la pierna.
A nivel cervical, nuestra diana suelen ser los músculos trapecio, elevador de la escápula y romboide mayor o menor. La contractura de ellos suele estar implicada en la aparición del dolor cervical.
A menudo , el síndrome miofascial mejorará con un régimen conservador de fisioterapia y fármacos analgésicos. En aquellos pacientes que no responden, se puede realizar una infiltración del músculo con anestésico local y corticoides, que servirá de bloqueo diagnóstico y terapéutico. En caso de bloqueo positivo, se puede infiltrar en un segundo tiempo con toxina botulínica, evidenciando un efecto más prolongado de analgesia. El mecanismo de acción de la toxina es producir un bloqueo reversible de la fibra muscular, impidiendo la liberación de acetilcolina de las terminales nerviosas de la placa motora. La dosis de la toxina es de 100 UI por grupo muscular.

