Dolor oncológico

¿Con qué frecuencia aparece dolor en un proceso oncológico (cancer)?
Recientes estudios han mostrado que el 53% de los pacientes con un cancer, en cualquier estadío, sufría dolor y que, este porcentaje aumentaba hasta el 75% de los pacientes con una enfermedad avanzada, metastásica o terminal.

¿Por qué se produce el dolor oncológico?
En primer lugar, hay que señalar que el dolor puede aparecer por múltiples causas y no tiene por qué significar una progresión de la enfermedad.
Puede originarse por la compresión que produce el crecimiento del tumor sobre estructuras adyacentes (huesos, nervios,…), pero también puede ser consecuencia de los propios tratamientos que se llevan a cabo (cirugía, radioterapia o quimioterapia).
Actualmente son muchos los pacientes oncológicos que logran una cura o estabilización de su proceso oncológico, por lo que es muy importante tratar las secuelas dolorosas que pueden quedar pues esto redundará en un importante incremento de su calidad de vida y funcionalidad.

¿Cómo debemos tratar el dolor oncológico?
El paciente oncológico con dolor debemos abordarlo desde un enfoque multidisciplinar, y el papel de las unidades del dolor es muy importante. Inicialmente, el manejo del dolor será de forma conservadora con fármacos, que incluyen los opiáceos. Son muy importantes los fármacos encaminados a tratar el dolor irruptivo (picos de dolor severo).
Sin embargo, cuando el dolor no está bien controlado con dichos fármacos, o sus efectos secundarios merman la calidad de vida del paciente, se deberán valorar técnicas intervencionistas desde la unidad del dolor.

Entre los diferentes tipos de técnicas para el dolor oncológico que podemos ofrecer desde “Instituto contra el dolor Dr. Trinidad” se encuentran las siguientes:

  1. Bloqueo neurolítico: Los agentes neurolíticos (alcohol, fenol…) ocasionan una degeneración de la transmisión neurológica, interrumpiendo con ello la transmisión del dolor. Esto se realiza mediante la destrucción de estructuras del sistema nervioso simpático. Según la estructura nerviosa implicada en el dolor, se podrá realizar en una u otra localización (estrellado, celíaco, simpático lumbar, esplácnicos, hipogástrico, impar…), siempre guiado con fluoroscopia (rayos X) o ecografía según el caso. La tasa de efectividad con estos procedimientos puede alcanzar el 80%. Uno de los tumores que se benefician de este procedimiento sería el cáncer de páncreas, en el que realizaríamos un bloqueo del plexo celíaco o nervios esplácnicos.
  2. Radiofrecuencia: En este caso se trata de un tratamiento eléctrico en el que se logra una quemadura de estructuras nerviosas alcanzando la punta de la aguja una temperatura de 80ºC. Se puede combinar con las técnicas neurolíticas señaladas en el punto anterior. En otros casos, cuando se realiza sobre nervios periféricos, se usaría la radiofrecuencia pulsada.
  3. Técnicas neuroaxiales: se coloca un catéter en el espacio epidural para el control del dolor, principalmente por metástasis óseas.
  4. Estimulación medular, PENS o infusión intratecal: son técnicas avanzadas que se pueden usar en determinados pacientes cumpliendo una serie de criterios de selección.

Si tiene alguna duda póngase en contacto