Estimulación eléctrica medular

¿Qué es la neuroestimulación medular?

Es parecido a los marcapasos cardíacos en los que una pila con un cable envía impulsos eléctricos al corazón. En el caso de la neuroestimulación, está compuesto por una batería, colocada bajo la piel, que proporciona estímulos eléctricos a través de un cable (electrodo) colocado de forma muy precisa en la médula espinal. Esto provocará generalmente un hormigueo agradable en la zona de su dolor que dará un alivio mantenido. Hoy en día, también existen sistemas que logran aliviar al paciente incluso sin sentir dicho hormigueo.

¿Es efectiva la neuroestimulación?

No todos los dolores son susceptibles de ser tratados con neuroestimulación. Por ello, es muy importante que su médico haga una evaluación previa de su caso para verificar que su dolor puede ser tratado con la neuroestimulación. Además la “fase de prueba” le ayudará a determinar la magnitud de alivio del que se podrá beneficiar.

Más de 350.000 personas en todo el mundo se han beneficiado de la terapia de neuroestimulación, por lo que es un procedimiento sobre el que se tiene amplia experiencia y evidencia científica.

¿Por qué se realiza en dos fases?

El implante del estimulador medular se realiza siempre en dos fases:

  • En una primera, se realiza una incisión en línea media y se introduce el “cable” o “electrodo” hasta el espacio epidural. En este tiempo, resulta muy importante llevar el electrodo hasta el lugar de la médula donde el paciente logre un hormigueo que cubra de forma completa la zona de su dolor, es por esto por lo que el paciente debe estar despierto y colaborador en todo momento. Una vez logrado esta estimulación óptima, se coloca un cable prolongador que saldría por la piel y se conectaría a un sistema externo.
  • Durante unas semanas el paciente irá comprobando si logra una estimulación correcta y si ésta le proporciona un alivio mayor del 50%, retirada de medicación opiácea y aumento de su funcionalidad y calidad de vida. Es importante el cuidado de las heridas permaneciendo secas en todo momento y la retirada de puntos según nuestras indicaciones. De ser así se pasará a la segunda fase o implante definitivo.
  • En la segunda fase, el paciente se somete a una intervención definitiva en la que se vuelve a abrir la primera incisión, se retira el prolongador externo y se conecta normalmente de forma directa el cable o electrodo alojado anteriormente en el espacio epidural a un generador definitivo (pila o batería) que se coloca en el costado de forma subcutánea y permite que ya todo el sistema esté debajo de la piel del paciente.

¿Es con anestesia general o local?

Se realiza con anestesia local porque, como se ha explicado, para colocar el electrodo en el lugar idóneo de la médula se necesita la colaboración del paciente durante el implante. Será el paciente el que vaya guiando al médico según las parestesias/hormigueo que vaya notando.
En la segunda fase, ya el proceso es más sencillo por lo que en ocasiones se puede sedar al paciente para que esté más confortable. No obstante, en ningún caso se realiza con anestesia general.

¿La terapia con neuroestimulación me permitirá dejar de tomar analgésicos?

Efectivamente, uno de los objetivos que nos marcamos durante la fase de prueba será la retirada completa de opiáceos. La mayoría de nuestros pacientes mantienen esta retirada a posteriori, lo cual redunda en una mejora de la funcionalidad y calidad de vida. No obstante, cada caso se evaluará individualmente.

¿Cuándo podré reanudar la actividad normal?

Tras la intervención, deberá limitar su actividad física durante varias semanas para evitar la movilización del electrodo. Transcurrido este período, los sistemas de neuroestimulación le ayudarán a llevar una vida más activa. No obstante, ante cualquier duda deberá consultar con su médico.

¿Es posible controlar personalmente la terapia con neuroestimulación?

Sí, el paciente dispone de un mando con control remoto que le permite encender/apargar la estimulación, aumentar/reducir el nivel de intensidad o cambiar de programa. Esto le permitirá adaptar la estimulación a cada una de sus actividades de su vida diaria.

Por otra parte, su médico dispone de una plataforma específica que le permitirá en consulta cambiar otros parámetros a los que usted no tiene acceso para optimizar su terapia. Además se cuenta con el soporte técnico permanente de la empresa de neuroestimulación.

¿Existen generadores recargables? ¿Cuál me pondrán a mi?

Efectivamente, existen generadores o pilas que no se recargan y que cuando se agote la batería habrá que recambiarla quirúrgicamente. Otros, en cambio, se recargan cada varios días, permitiendo esto alargar la vida del generador entre 7-12 años según cada caso específico.

Será el especialista el que le indique cuál se le implantará a cada paciente y esto se decide en función de los requerimientos energéticos que tenga el sistema de estimulación durante la “fase de prueba”. Es decir, hay pacientes que requieren una estimulación sencilla que gasta poca batería y en él estará indicado el implante de un “no recargable”. Sin embargo, otros pacientes necesitan para obtener alivio un sistema más complejo que consume más batería y la estimación de duración será de menos de 2 años por lo que se le recomendará un generador “recargable”.

¿Puedo sentir alivio sin notar las parestesias/hormigueos?

La estimulación convencional es como hemos explicado aquella en la que notas hormigueo en la zona del dolor y esto procura alivio.

Sin embargo, hoy en día, existen sistemas de estimulación “subumbral” en los que se está enviando una energía a la médula en forma de ráfagas/“burst” o de alta frecuencia (1-10 KHz), de modo que el paciente no siente nada pero efectivamente se está realizando un tratamiento y se logra un alivio significativo del dolor.

Una vez más, será el especialista quién le indique si usted es subsidiario del implante de estos sistemas.

¿El electrodo o cable puede colocarse en un lugar distinto al espacio epidural?

Sí. Actualmente han salido novedosos sistemas en los que el electrodo se puede colocar cerca de un nervio y esto es útil en casos de lesión de nervio periférico en los que la NE medular no logra alivio.

También existe más recientemente, sistemas de “estimulación del ganglio dorsal de la raíz”. En ella, se coloca el electrodo justo en la salida del nervio de la columna vertebral logrando estimular regiones que hasta ahora no habíamos logrado. Está indicado para dolores costales postherpético o postquirúrgicos, dolor inguinal, dolor regional complejo en mano o pie (Sd. Sudeck), etc…

Además para tratar dolores de suelo pélvico, se puede requerir de un sistema específico como es la “estimulación de raíces sacras” en la que se implanta el electrodo directamente en las raíces S3 bilateral.

¿Hay riesgos asociados a la terapia de neuroestimulación?

Como en cualquier intervención quirúrgica, hay riesgos asociados. Consulte con su médico cuáles son los riesgos concretos de su caso.

Si tiene alguna duda póngase en contacto